Los dos puentes modulares, tipo Acrow, que se comenzaron a instalar en febrero, en la Península de Osa, ya están en servicio sobre la ruta nacional 245.
Las estructuras sobre los ríos Tamales y Corozal llegan en un momento oportuno, tomando en cuenta la consolidación de la temporada de lluvias en el Pacífico Sur, destacaron en la Gerencia de Conservación de Vías y Puentes, del Consejo Nacional de Vialidad.
Esos dos puentes, sobre puntos en los que existían puentes dañados e incluso fuera de servicio, vienen a reducir los riesgos de incomunicación terrestre, derivados de la crecida de los ríos y hace el tránsito más seguro por la zona, en cualquier momento del año.
Para la Gerencia, es de particular valor poner en servicio estos pasos, principalmente por la importancia en materia seguridad vial, pasando de tener que meter el vehículo al cauce del río, con los riesgos que eso implicaba, a tener dos estructuras confiables para transitar sobre estos dos afluentes.
En ese sentido, el tener estos pasos habilitados genera repercusiones positivas inmediatas en materia de traslado a citas médicas, a los trabajos, a los centros de estudio y ni hablar del impacto en la actividad turística, a propósito de las vacaciones escolares de medio año, que se vienen en julio, destacaron.
Este sector es particularmente importante para el acceso a sitios como el Parque Nacional Corcovado, de fama internacional por la biodiversidad que posee, así como hacia localidades, también con atractivo turístico, como Puerto Jiménez.
Aspectos técnicos e inversión
Estas estructuras son de carril extra ancho, por lo que permite el paso de camiones grandes con mercancías, algo vital para abastecer a la zona de productos básicos y, en el sentido contrario, la salida de productos agrícolas y ganado también se beneficia.
Este proyecto costó ¢481 millones, para el armado y lanzado de los puentes, de carril extra ancho, como se indicó, de 4.2 metros. El monto también incluyó obras como placas y colocación de pilotes metálicos que dan soporte a las estructuras, agregaron en el Consejo.
La inversión supuso, asimismo, otros trabajos como los rellenos de aproximación y protecciones a los apoyos y a los rellenos, así como señalamiento vial, de particular importancia ya que los puentes funcionan con un Ceda y tránsito alternativo.
Los pasos metálicos colocados tienen 30.5 metros de longitud, en el caso del Corozal, y 39.6 metros el que se ubica sobre el río Tamales, destacaron en la Gerencia.
Gracias a los diseños de la Dirección de Puentes, del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, la altura de la base de las vigas, con respecto al espejo de agua, se incrementó considerablemente, lo que evitará que estos afluentes, ante una posible llena, puedan tocar el puente y así se pueda mantener la transitabilidad de los usuarios en todo momento.