Salir de paseo para visitar a los papás, o a un hermano que vive lejos, debe ser una experiencia gratificante, linda, no una situación que pudiera terminar en tragedia.
Así, si va a realizar ese desplazamiento en transporte público, tipo autobús, tenga presente algunas reglas, normas, derechos y deberes que los usuarios y quien da el servicio, deben cumplir.
Las unidades de transporte público no deben llevar exceso de pasajeros, algo que, lamentablemente, suele ocurrir, más en una temporada vacacional. Algunas personas, con tal de que los lleven, acceden a ir en una unidad saturada, en las gradas de la entrada o de la salida o permiten que el autobús circule con la puerta abierta.
“De alguna manera entendemos que la persona quiere llegar a la playa, a la casa de los abuelitos, a esa cabañita, pero debemos comprender el riesgo de un autobús con exceso de pasajeros, en caso de ocurrir un accidente, en el entendido que costará más salir de la unidad y costará más rescatar a las personas, por ejemplo”, citó Martín Sánchez Agüero, subdirector de la Policía de Tránsito.
En el primer semestre del año, 28 choferes fueron sancionados por llevar exceso de pasajeros y 4 por llevar personas en la entrada o salida del vehículo; en ambos casos, la sanción fue de ¢123.000, mientras que otros 30 recibieron una multa de ¢61.000 por circular con la puerta abierta, otra conducta que pone en riesgo a los pasajeros.
Entonces, asimismo, para quienes salen de paseo es importante, además, porque no necesariamente conocen bien la zona que visitan, que se respeten las rutas y recorridos, por parte del chofer. En este caso, en el primer semestre del 2025, un total de 19 conductores faltaron a esta norma y se acreditaron una multa de ¢123.000. En esa misma línea, se confeccionaron 697 boletas por autobuses sin rotulación, un tema importante para los usuarios, para saber cuál bus tomar, más si están en una zona del país que no conocen bien.
Sánchez lamentó, como último dato, 10 boletas de ¢123.000 contra choferes que se negaron a brindar servicio a adultos mayores o a personas con una condición de discapacidad, lo que evidencia una triste falta de empatía y sensibilidad.