Con corte a julio, la Policía de Tránsito atendió 47.362 accidentes en carretera, lo que significa que tuvo que desplazarse 222 ocasiones, en promedio, al día, para atender percances viales.
Expresado de otra manera, apuntó el Director de la Policía de Tránsito, Oswaldo Miranda Víquez, los oficiales de Tránsito debieron desplazarse cada 6 minutos en cada hora, las 24 horas del día, todos los 213 días en siete meses, como promedio, a atender accidentes.
“Quisimos evidenciar estos datos con dos propósitos; por un lado poner a la vista el volumen de trabajo que se maneja solo en atención de colisiones, el otro ángulo es aprovechar para concienciar sobre la necesidad de conducir a la defensiva, sospechando de que los otros cometerán una imprudencia, pero también reflexionar si estamos siendo displicentes a la hora de conducir, pegándonos mucho al vehículo de adelante, usando el celular mientras conducimos, irrespetando una luz roja del semáforo, por ejemplos”, acotó Miranda Víquez.
El comentario viene a propósito, también, de que muchos accidentes son simples colisiones sin mayores daños, “besitos”,como se les conoce popularmente, que a veces solo es un raspón que puede eliminarse fácilmente. Eso sí, el funcionario respeta el derecho de estas personas de llamar a la Policía de Tránsito y aplicar las pólizas, pero también quiere recalcar que muchos de esos choques “sin gracia” son evitables con conductas precavidas en las vías.
“Estamos en periodo de lluvias, guardar distancia es importante porque si la calle está mojada nos va a hacer más prolongado el proceso de frenado. A veces, no queremos que el vivillo se nos cole en la fila, pero por no guardar distancia, terminamos en un proceso de hasta horas porque chocamos, más todo el trámite judicial y de reparaciones”, agregó el Director de Tránsito.
Así, también quiso resaltar que, en ocasiones, cuando un oficial abandona un punto de regulación, en un cruce, por ejemplo, es porque debe atender un accidente vial y no porque no quiera regular.
Los accidentes en horas pico podrían ser más frecuentes, justo porque hay más automotores circulando al mismo tiempo y eso demanda recurso humano para atender cruces viales conflictivos y, a la vez, percances.